
VIDA ÚTIL Y SOLIDARIA
Papá se jubiló en 1969, después de 51 años de servicios. En julio de 1970 se radicó con la familia, en la casa de San Andrés, a gozar de un merecido descanso. Debido a su temperamento, siempre se mantuvo activo, dedicado al cuidado y mantenimiento de la casa, interesado permanentemente por los asuntos familiares y de las personas amigas. En la zona que vivimos se convirtió en un personaje interesante. Se le veía siempre trabajando en su jardín. Esta actividad le servía para entablar amenas charlas con los vecinos o simplemente para saludarlos gentilmente con ese estilo particular que le caracterizaba.
A partir de este contacto, los vecinos descubrieron su habilidad para arreglarlo todo y no era extraño que lo buscaran con frecuencia para solicitarle su ayuda. Cogía sus herramientas y con ese caminar, fuerte y decidido, marchaba a hacer lo que tanto le gustaba: ser útil a los demás sin esperar a cambio ninguna retribución.
Supo organizar su vida de tal modo que no le afectó la jubilación. Debido a su gran inclinación al trabajo, pensamos que enfermaría al jubilarse; pero no sucedió así, supo mantenerse ocupado de muchas formas y puedo afirmar que su vida en esta etapa, fue muy útil para los que vivíamos con él, como para los vecinos y amistades. Para muestra, un botón: cuando enfermó Galita León, la hija de la Mamá Grande, él la visitaba todos los días en el hospital, estoy segura que la apoyó económicamente, porque era su costumbre ser generoso y solidario. Cuando ella salió del hospital, iba a visitarla diariamente a su casa que queda en “La Esperanza”. El trayecto lo recorría a pie.
Se mantuvo tan activo, que cuando tuvo un conato de infarto, el Dr. Guillermo Mauricci, que fue el que lo atendió, le dijo enérgicamente que ya no lo quería ver recorriendo Trujillo a pie y menos trepado en la enredadera de la casa podando con una mano y sujetándose con un palo que parecía garrocha. Él obedeció en algunas cosas, pero al día siguiente de este incidente, estaba en cuclillas, desyerbando el jardín, cogiéndose el pecho con una mano y trabajando con la otra. Siguió caminando a pesar de la prohibición médica porque fue un hombre de mucha fortaleza física y espiritual.
María V. Carranza Vàsquez